miércoles, 15 de mayo de 2013

Florentino: ¡NO!

Mal, muy mal el presidente del Real Madrid en su respuesta a un aficionado tras la final de la Euroliga de Baloncesto en en la que nuestro equipo cayó derrotado ante el Olympiacos griego. Ni siquiera el malestar anímico consecuente a esa derrota, agravado por el hecho de que el Madrid arrasó al equipo griego en el primer cuarto, dando así la impresión al aficionado -a mí, sin ir más lejos- que la cosa estaba hecha, puede justificar que el dirigente del club y, por tanto, máximo representante de la institución y del madridismo, le responda con un "tú eres un tonto" al seguidor culé que le dedicó un "¡visca el Barça, visca Catalunya" -con clara intención ofensiva de hurgar en la herida, para qué vamos a negarlo- cuando Pérez se dirigía cabizbajo hacia los vestuarios, rumiando para sus adentros lo acontecido en el parqué londinense. 


Un presidente del Real Madrid no puede tener ese tipo de gestos, más propios de un aficionado de taberna. El cargo no se lo permite, y los madridistas de bien, la gran e inmensa mayoría, tampoco. Exijo un comportamiento serio y riguroso de mi presidente. Demando el señorío que siempre ha caracterizado al club merengue y que se ha manifestado en la actitud de sus dirigentes en los buenos pero, sobre todo, en los malos momentos. Y una característica del señorío es no caer en vulgaridades y llamar a las cosas por su nombre. Señor Florentino Pérez, siento tener que corregirle en público, pero quien va a un partido de fútbol, baloncesto, hockey sobre patines o cualquier otra disciplina, donde se dirime un choque cuyo resultado ni le va ni le viene, y encima se gasta los cuartos no apoyar a uno, sino para ver cómo pierde el otro, manifestándose como un fracasado y mediocre, un triste y un segundón, no es un "tonto": es un "culé". Y esto no es una opinión personal; es un juicio racional y sensato que emana de una experiencia que abarca desde José Luís Núñez reconociendo que lloró de felicidad y corrió por casa buscando a su mujer para besarla cada vez que los Gullit, Van Basten o Rijkaard nos colaban un chicharro en aquella aciaga noche en San Siro donde nos cayeron cinco, hasta la más reciente manifestación, la de los jugadores del primer equipo de fútbol del Barcelona que, pese a haberse proclamado campeones de Liga, se pasaron el viaje de vuelta la ciudad Condal coreando el nombre del equipo que había ganado al Real Madrid la Final Four.

Juremé que no lo volverá a hacer y olvidemos este asunto
Cierto es que llamar culé al aficionado no hubiera obtenido el resultado que usted buscaba, esto es, responder a una agresión verbal con otra, ya que el aludido se lo hubiera tomado como un elogio al pertenecer pertenece a ese pequeño sector de la humanidad que desconoce que "culé" es, en el fondo, un sinónimo de "tonto", solo que peor. Pero, repito, un presidente del Madrid ha de demostrar siempre señorío y saber estar. Un aficionado del Badajoz que se gastara los cuartos en un billete de avión y una entrada para la inminente final de Wembley, siéndole indiferente si el trofeo se lo llevan unos u otros alemanes, equipado con la camiseta de su club y acompañado con la bandera de Extremadura -y ataviado, quizá, con un gorro de montermoseña para reforzar aún más su origen autóctono- con el único objetivo de plantarse delante del gerifalte barcelonista para gritarle "¡viva er Badajó y viva Ejtremaúra!" sería un tonto. El de Londres, no. Dirá usted que es lo mismo, pero en el caso del aficionado pacense hay que presuponerle una chaladura temporal y no crónica, consecuencia del complejo de inferioridad congénito que todo culé tiene hacia el Real Madrid.

domingo, 12 de mayo de 2013

El Madrí pierde la vigesimo segunda liga de la Putafar$a

Siempre he creído que el escaso éxito de "el vasco" Aguirre, actual técnico del R.C.D. Español, radica en la poca confianza de los directivos de turno para con el proyecto que el mexicano pretende desarrollar. La necesaria paciencia que requiere construir una plantilla con una idea de juego, requisito indispensable para consolidar un equipo (si lo sabremos nosotros, los madridistas) se hace más evidente en el caso de Aguirre. Si tenemos en cuenta que el fundamento del fútbol es "darle patadas a un balón", no podemos más que reconocer que los jugadores dirigidos por el míster euskaldun-azteca están entre los más fundamentados del balompié internacional. Lástima que al tercer año, cuando llegan a la parte de "a un balón", el técnico ya haya hecho las maletas, porque como aprehendieran esa fase con la misma solidez con la que demuestran haber aprehendido la primera, "darle", y la segunda, "patadas", seríamos testigos de la consolidación de una de las máquinas más precisas de jugar al fútbol que jamás vieran ojos humanos. Pero como decía, la poca paciencia de quiénes le contratan, o quizá una característica pachorra mexicana que le impida impartir su idea de fútbol con más velocidad, hacen que los proyectos de Aguirre se queden en equipos de los llamados "peleones", que es como antaño, cuando no existía la dictadura de lo políticamente correcto, se denominaba "once hijosputa repartiendo leña". 

El Español de hoy día no iba a ser la excepción, y como no podía ser de otra manera exhibió ante el Real Madrid un amplio abanico de patadas y marrullerías que, por lo pronto y a falta del parte de guerra oficial, nos deja sin Varanne para la final de Copa, un partido que de pintar bien para el Madrid ha pasado a tener un color más oscuro que Essien por mor de las bajas ocasionadas en los últimos partidos de una Liga que, además, no valían nada. A mí no me molesta que los equipos practiquen un juego excesivamente duro con el Madrid; a mí lo que me molesta es doble vara de medir que estos equipos "aguerridos" exhiben cuando su oponente es el Bardeputonas. La manada de lobos salvajes tórnase en un rebaño de ovejitas cuando el de enfrente luce una casaca azul y grana. Y no es ya una cuestión de simpatías personales, sino de dignidad profesional. No pido que aticen a Messi como atizan a Cristiano -allá ellos si dejan que extrañas simpatías determinen su manera de jugar-, sólo pido que no se aparten cuando el bluff hormonado paseé hasta su portería con el balón. Sólo eso. Y esto no es una opinión personal, sino algo que cualquiera puede ver en un partido del F.C. Bardeputonas y que puede deducirse del simple hecho de que quien es "pichichi" en España sea incapaz de marcar un solo gol en tres eliminatorias de Champions, seis partidos. O cinco, si excluimos la vuelta frente al Bayern, de la que decidió borrarse. Si hasta la defensa de un decrépito Milan es capaz de disolver al argentino, a qué estarán jugando la del Betis o el Zaragoza.

Canaletas registró una gran afluencia de aficionados culés en cuanto el colegiado pitó el final del partido en Cornellá. (Foto, agencia EFE)

El caso es que el empate obtenido por el Madrí en Cornellá convierte al Far$alona en campeón de Liga. Un excelente resumen de lo acontecido en la presente temporada el que el equipo del odio a España campeone sin haber jugado, tan sólo por demérito del Real Madrid y el laborioso trabajo realizado por los pupilos de Aguirre, quiénes sin duda aprovecharon los barridos que realizaban por el césped de Cornellá cuando un merengón avanzaba con el esférico controlado para recortar la hierba a la altura exigida por los culos. Quién ha visto y quién ve a esta entidad. Pero tampoco iban a ser ellos la excepción. Junto a la desidia/agresividad, según el rival que tocara, otra explicación de este vigésimo segundo título del Far$alona -para tí, culé, el de los dos patitos- hay que buscarla en los extraños arbitrajes acontecidos durante la presente temporada. Y es que Ángel María "que más quieres que te dé, Sandro" Villar no podía fallar. Esta liga estaba decidida desde hacía mucho, prácticamente desde la segunda jornada liguera, cuando el Far$a consiguió darle la vuelta a un partido que se había puesto cuesta arriba en Pamplona gracias a un gol de Alexis en fuera de juego y la expulsión del osasunista Puñal por protestar la inhibición del trío arbitral en esa jugada. Otros dos puntos cayeron a la jornada siguiente, cuando se anuló un gol legal al Valencia que habría igualado en único tanto conseguido por los culos. En total, cinco puntos regalados cuando sólo se habían jugado nueve, lo que debe ser un récord mundial. ¡Más del 50% de los puntos obtenidos por los culos eran ilegítimos! Si quieren ver más, incluidos los robos que sufrió el Madrí, pasen y vean:




Si a esto añadimos un Madrid confuso, con Dios sabe qué historias en el vestuario, vulnerable en los balones altos porque, como todos sabemos, los topos tienen problemas a partir de cierta altura, zarandeado por la mal llamada prensa amiga dedicada a dividir a la afición y sembrar de dudas el proyecto, que el Far$alona haya igualado en Ligas al Madrí de hace treinta años o así tiene fácil explicación. Cualquier observador neutral se preguntaría cómo era posible que un equipo incapaz de ganar uno sólo de los partidos de eliminatorias de Champions, el de la vuelta contra el Milan, y que recibió la mayor humillación de la historia de ese torneo al caer por un contundente 7-0 ante el Bayern, haya sido el primero en la Liga por encima del equipo que la temporada anterior había caído frente a ese mismo Bayern en la tanda de penaltis. Y sólo habría que mostrarle el arbitraje de algún que otro partido que se puso complicado para los culos, más las imágenes de muchos de los goles de Messi, al que sólo faltaba que la defensa pusiera sendas filas de topes dorados unidos por cintas coloradas, como las que ponen en la entrada de las discotecas de pitiminí, para que ni se perdiera ni nadie se cruzara en su camino.

Ángel María "que más quieres que te dé, Sandro" Villar accedió a la poltrona federativa en 1988. La "Quinta del Buitre" estaba en su apogeo y las palabras que el entonces presidente blanco Ramón Mendoza pronunció ante un grupo de periodistas sobre lo difícil que iba a ser para el Madrí ganar una Liga con el vasco dirigiendo el fútbol español sonaban, cuando menos, exageradas. El tiempo ha dado la razón al desaparecido presidente. Cuando el mayordomo de Laporta accedió al cargo, el Far$alona acumulaba diez Ligas, con él en el cargo ha sumado doce. Pese a que Villar se perpetua en el poder -algo que criticaba a sus predecesores cuando llegó como un soplo de aire fresco a finales de los 80- no suma todavía los 60 años que tardó el Bardeputonas en ganar sus primeras diez ligas (entre 1928 y 1988). Si alguien todavía no quiere creer en la influencia de Villar en el devenir del club independentista durante las últimas décadas, mi enhorabuena. Debe ser muy bonito creer en los unicornios y que es Papá Noel quien deja los regalos la noche del día 24 de diciembre.

El F.C. Barcelona, notablemente engordado desde que eligió a Villar para su cuidado y alimentación.
 Finalizada por haber alcanzado la excusa de los puntos una Liga que ya estaba asignada desde finales de agosto, al Madrí sólo le queda batirse en su estadio ante el Atlético de Madrid para proclamarse campeón de Copa del Rey. Bueno, eso y el otro partido que está jugando, el de conservar al actual técnico al frente del equipo. Porque si bien es cierto que Villar y sus secuaces de negro han sido no ya determinantes en la consecución de la liga dos-patitos para el culerío, sino sus auténticos protagonistas, no lo es menos que el Madrí ha sido incapaz de mantener la línea ascendente que, bajo la égida de Mourinho, le había llevado a ser el campeón más goleador en toda la historia de la Liga. Ése equipo histórico está ya finiquitado, no así el técnico. Mou debe continuar contra viento y marea so peligro de cometer los mismos errores que han permitido al equipo independentista, al de miles de aficionados aborregados y estúpidos allende del Ebro, capaces de vender su dignidad por absolutamente nada, campar a sus anchas por la misma piel de toro que desean destruir. Villar no tiene nada que ver, o no debería, en los más de veinte técnicos que han pasado por el banquillo merengue desde que el vasco asentó sus posaderas en la poltrona de la Federación.



El Madrí lleva en guerra desde hace mucho tiempo. La diferencia es que ahora tiene un general. Y ya saben lo que se dice: mejor un ejército de ovejas dirigido por un león, que uno de leones dirigido por una oveja. Al portugués se le podrá acusar de muchas cosas. Perfecto seguro que no es. Pero no de resistir la pertinaz influencia de la prensa en nuestro vestuario, algo que está pagando hasta en su vida personal. Difícil es imaginarse el banquillo del Real Madrid en manos de alguien más idóneo para el aficionado. Otra cosa es que éste no sepa lo que quiere. Da igual. La misión del presidente es darle al aficionado lo que necesita, y más de este presidente que, a día de hoy, no tiene rival para unas elecciones que están a la vuelta de la esquina. Como ya he dicho en otras ocasiones, la marcha de Mourinho sería un balón de oxígeno para una prensa que ahora mismo está muy tocada, apartadas sus garras del vestuario y con una caída en las ventas que creen poder evitar poniendo al títere de turno al frente del equipo para que hasta el utillero pueda contarles su vida y milagros. El ver peligrar su estatus explica el grado de desquiciamiento al que se ha elevado el periodismo deportivo nacional. Hace años era impensable que a un técnico se le tildara de "nazi" y "asesino", y a los seguidores madridistas de "fascistas", "terroristas" o "franquistas". Están quemando sus últimas naves. Si Florentino cede, si es incapaz de asestar el golpe de gracia al enemigo que ya se arrastra por el suelo, se convertirá en el peor presidente de la Historia del Real Madrid, al que introducirá en una espiral que le llevará treinta años al pasado. Si lo impensable se produce, si Florentino Pérez reniega de su deber y entrega la plaza al debilitado ejército que la asedia, sólo merecerá un nombre, el de traidor. Aún así, tengo fe en que el madridismo de bien es mayoritario y, como los patriotas de 1808, se lanzará al monte para plantar resistencia. Ahora, sería una putada bastante gorda tener que ir en ese plan después de haber estado a punto de finalizar este conflicto. Más que nada, por la cara de tontos con la que habría de batirse a partir de ese momento.


sábado, 4 de mayo de 2013

¿Para qué vale la prensa deportiva?


El otro día, por error, sintonicé brevemente los deportes de Cutre, que como todo el mundo sabe llevan Manolo Lama y otro que también se llama Manolo. Por eso, en una hábil e ingeniosa maniobra de marketing, al programa lo publicitan como "Los Manolos", dejando claro que va dirigido a un sector de la población exquisito, universitario y muy alejado de los gustos que pueda tener el aficionado de taberna. Todo clase y categoría Lama y su compinche, si señor. Como buen programa de información que es, siempre pendiente de la actualidad, el día después de que al Far$alona le endosaran un global de 7-0 en Champions, con Piqué exigiendo que se tomaran medidas, y el fraude argentino escondiéndose en el banquillo, el tema principal era José Mourinho y su marcha del Madrí que, como todo el mundo sabe, todavía no se ha producido y es más que probable que jamás se produzca. Como no podía ser de otra manera, los palos le llovían a pares a nuestro entrenador, que para eso tenemos dos manueles en el estudio. Los tres años que el técnico había permanecido en el Madrid eran poco más que una mierda. Tan sólo se habían ganado una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa, y de la décima, cuya obtención habría sido una de los principales factores del fichaje del portugués, no se tenían noticias.

Cuando ves la cara de Lama -que en mi opinión tiene uno de los rostros más repelentes concebibles en un mortal, con esos párpados arrastrándose por las mejillas, esos labios finos típicos del malo de una novela de Dashiell Hammett, esa expresión pétrea, maciza, de gangster con dolor de muelas, que lejos de manifestar un espíritu de principios sólidos delata a un personaje mezquino capaz de cambiar de opinión como quien se cambia de calzoncillos sin que le tiemble la comisura de los labios- diciendo las cosas que decía, no puedes hacer otra cosa que preguntarte: "¿Para qué?". ¿Para qué vale una prensa deportiva contagiada del periodismo rosa y concebida como la música basura, que nadie recordará dentro de un mes? Iba desglosando este tipejo, junto con su cuate, los según ellos irrelevantes logros de Mourinho al frente del Real Madrid y recordaba yo otra época en la que al Manolo que no se le hacía el culo pepsi-cola con el Far$alona era porque se le hacía JB, para tener una mezcla que idiotizara aún más al respetable. Quiero decir que no hace tanto al señor Lama el Far$alona le parecía una maravilla que justificaba por sí sólo el milagro del nacimiento. La gente ya no se debía preguntar para qué estaba en este valle de lágrimas: podía ver a esa maravilla dirigida por Guardiola, repleta de gente bajita y humilde, invencible en su juego. Y eso era ya motivo suficiente para que tu madre te hubiera traído al mundo. Tres años después, el hecho de que ese equipo fuera volteado por el Madrid de Mourinho el primer año, ¡el primero!, en una final de Copa y puesto mirando para Albacete en la segunda, no tiene ningún mérito. Si ganarle la Liga y la Copa, que el Madrid llevaba sin catar desde Dios sabe cuando, a quiénes ellos mismos aseguraban que era el mejor equipo de todos los tiempos pasa a tener tanto valor como batir al Torpedo de Badajoz, ¿qué valor tiene la "opinión" de estos tíos? ¿Para qué tantos pobres árboles sacrificados para ser convertidos en pulpa, luego en celulosa y acabar como papel donde imprimir juicios que ellos mismos van a considerar erróneos al día siguiente?

Darwin tenía razón. Ves a la soldada del Marca y el AS, a la de la SER y la COPE, y te das cuenta que es cierto que el hombre viene del mono. Analizas las caídas en las ventas y los ingresos por publicidad, y compruebas que es igualmente cierto que la ley natural tiende a suprimir a los organismos menos aptos. He llegado a la conclusión de que la caída en picado de los media deportivos, con sus inevitables EREs, es producto no tanto de las cosas que dicen como del hecho de que, gracias a las redes sociales, haya quedado tan a la vista que son capaces de defender una posición diametralmente opuesta a la mantenida de un día para otro. Internet es una hemeroteca muy traicionera, ya que facilita la búsqueda y está al alcance de cualquiera. Pese a todo, de vez en cuando oyes a un periodista deportivo justificar su labor en base a unos servicios al público que, a poco que son analizados, lo que demuestran es lo absolutamente innecesario que es el periodismo deportivo. 

"La prensa sirve de enlace entre el aficionado y su club". Si bien este principio podría ser verdadero cuando Napoleón mandaba en Europa, la revolución de las comunicaciones ha hecho que los clubes tengan sus propios medios de comunicación, al mismo tiempo que hemos asistido al desarrollo de webs y redes sociales que mantienen informado a todo aquel que se integra en su estructura. Vamos, que si me quiero enterar de algo ya me lo contarán en Túiter o me iré a la web del Madrid. Dirá alguno que ese flujo carece de análisis, que tan sólo es información bruta. Pero resulta que florecen como rosas en primavera las webs y blogs que satisfacen la necesidad de filtrar o interpretar el flujo, lo que hace innecesario la selección,  opinión o comentario que, en no pocas ocasiones, respondía a intereses espúeros.


"La prensa tiene la posibilidad de acceder a información que de otra manera no llegaría al aficionado". Por ejemplo, en las ruedas de prensa o en las entrevistas a pie de campo. No me hagan reír. Los primeros que se encargaron de dejar claro que, al menos para el aficionado madridista, los tribuletes deportivos son totalmente imprescindibles fueron ellos mismos. Ejemplo: cuando abandonaron una rueda de prensa porque quien salió a darla fue Karanka y no Mourinho. Desde que el portugués se hizo cargo de las riendas de nuestro equipo me he aficionado a las ruedas de prensa, y lo normal cuando las da el segundo técnico es que los de la radio se pongan a hablar de otra cosa y los de la tele digan que ya conectarán si dice algo interesante. Así que ni me entero de las preguntas ni me entero de lo que dice Karanka. El interés por informar brilla por su ausencia. Lo de las entrevistas a pie de campo es como de chufla. Vale, no todo el mundo puede plantarle un micrófono en los morros a un jugador tras un partido, pero ¿tan importante es lo que pueda decir? Porque oír del Ramos de turno: "Ha sido un partido complicado", "hemos sudado la camiseta", "la victoria es importante" y similares no creo que justifique la existencia del periodismo deportivo. 

"La prensa ofrece al aficionado una información que, de otra manera, el club le hurtaría, ejerciendo así la labor que corresponde a todo buen periodista, que no es otra que la de ejercer de 'cuarto poder'". Justificar la existencia de la prensa deportiva con esto, y partiendo del supuesto de que esa información fuera mínimamente fiable (que ya es mucho suponer) sería, cuanto menos, una auténtica necedad. Pongamos que la prensa "descubre" que Bale llegará al Madrid la próxima temporada, como así sucede. Bien, ¿y qué? Eso no la convierte en imprescindible, porque yo, como aficionado, no puedo intervenir en el hecho de que Bale vista de blanco. Ni lo puedo parar, ni lo puedo acelerar. Entiendo que haya gente que le guste masturbarse previendo alineaciones y discutiendo la posición en que jugará, y lo que aportará al equipo, Zutanito o Menganito, pero en el fondo no cambia nada. Pero es que, además, lo raro es que un periodista acierte sus predicciones, por lo que hemos de suponer que carecen de base alguna. Por tanto, esa necesidad de imaginarse el once de gala de la próxima temporada puede satisfacerla cualquiera. Yo mismo, sin ir más lejos. Y seguramente con un porcentaje de acierto muy similar. La información sería más honrada en tanto en cuanto no iría tras el encabezado de "el Madrid fichará a..." o "el Madrid tiene atado a...", sino tras otro mucho más noble, del estilo "yo creo que el Madrid debería fichar a..." o "Qué bien lo haría a Fulanitov en tal posición...". 


"La prensa nos permite conocer cómo va a jugar el equipo en el siguiente partido, ya que realiza una labor de seguimiento y anticipa el once titular". Vamos, no me jodas. Que el tío que ha jugado veintisiete partidos consecutivos jugará el vigésimo octavo lo sé hasta yo, no hace falta que nadie me lo diga. Pero es que además, en la presente temporada, una vez localizado el topo del vestuario, la vista de los periodistas para este asunto ha sido similar a la del mencionado mamífero subterráneo. Si la justificación de la existencia del periodismo deportivo es fomentar los chivatos en el vestuario, creo que el asunto ya está visto para sentencia. Y volviendo a lo de antes: aunque los periodistas fueran realmente unos máquinas y tuvieran un porcentaje de aciertos altísimos, tanto en alineaciones como tácticas, ¿qué? ¿Qué importancia tiene que me digan lo que yo voy a ver con mis propios ojos veinte o treinta minutos después? He vivido toda mi vida sin saber si el centro del campo del partido de esta tarde va a estar formado por Modric, Alonso y Khedira, así que puedo esperar otros cuarenta y dos minutos tranquilamente. Respecto a lo otro, a lo de prever el sistema de juego, qué risa tía Felisa. Cuando Coentrao llegó al Madrid yo no tenía ni idea de qué jugaba. Eso no dice nada, pero sí que ningún periodista fue capaz de aclarármelo. Lo hubiera agradecido, en serio, pero lo único que decían del portugués eran improperios. ¿Y unos tíos que son incapaces de deducir la posición y funciones de un jugador al que están viendo me van a contar a mí de qué y cómo va a jugar otro dentro de unos meses?

La conclusión es meridianamente clara, irrefutable. La prensa deportiva no vale para nada. Tiene tanta utilidad como una bicicleta para una sardina. Al menos para el seguidor del Real Madrid. Los de otros equipos ni me ocupan ni me preocupan. Que se queden con los Lama y los Ronceros. Se los regalo con un lacito.