martes, 1 de enero de 2013

La farsa de la cantera del Far$a.

El otro día me dio por mirar la web del diario Barça  Marca. A mí estos tíos ya me dan igual, de hecho, puestos a elegir, prefiero que se hundan, pero deberían plantearse vender un ratón para los usuarios madridistas. Una de esas promociones que hacen, ya saben, pero ésta con el éxito asegurado, más que las toallas o los vasos. Un ratón con el escudo del Madrí para que se identifique bien claramente a qué sector del público va dirigido, porque éste ratón ha de tener una característica muy particular, y es la de incluir una rueda 100 veces más resistente que la media y más adaptable a la huella digital del dedo. Oferta especial para los merengones que visitan su web, cuyo número disminuye a que cada día que pasa, porque teniendo en cuenta que irán a enterarse de lo que pasa en su club tienen que empujar no menos de cuatro veces a la susodicha rueda para encontrar la primera noticia, información o como se llame la basura que conforma ese diario, sobre el Real Madrid. Y es cansado, y desgasta la rueda. Creo que los madridistas refractarios que todavía siguen con la película esa de "queridos marquistas" se lo merecen. El diario se lo debe. Y encima les va a cobrar. Así que el negocio es redondo: ganas pasta con la dichosa promoción, promocionas el panfleto (ése es el objetivo y de ahí el nombre, pillar a incautos que se decidan a comprar ese tebeo deportivo para coleccionar los cupones) y te aseguras de que sigan visitando la asquerosa web, aún más repelente que el diario, que ya es decir. 

Antes mouyihadista...

...que prostituta en los aledaños del Nou Kampf

A lo que íbamos. Me metí en la web de los "mariquitas" "marquistas". No sé porqué lo hice. Estaba aburrido de la quietud noticiosa de estas fechas, estaba asqueado del ambiente navideño y quería cabrearme un poco. Ni idea. El caso es que lo hice. Y la primera noticia estaba dedicada al Far$a, cómo no. Como las otras diez o así. Digo noticia porque no me merece la pena buscar un diccionario para encontrar qué palabra debe usarse para referirse a un texto que elogia algo que todo el mundo sabe desde hace años. Me pongo yo a escribir ahora una entrada titulada "El sol sale todos los días", después de haber dedicado no menos de cincuenta entradas durante el año a informar que "el sol ha salido hoy", ¿y cómo se llamaría eso? ¿"Gilipollez"? ¿"Chaladura"? Pues eso, que lo dejo en "noticia", en este caso sobre que el Far$a "juega con 14 canteranos". Pues que bien, oye. Pero claro, hace tiempo que el panfleto dirigido por Campillo, cule reconocido, no informa de nada, y dedica todos sus esfuerzos a elogiar al equipo independentista de la esquina norte, principalmente para machacar el ánimo de los madridistas, para que no se diga que se olvidan de nosotros. Así que el contenido de la "noticia" giraba en torno a la cojonuda política de "cantera". 

Pero una cosa es que manipulen la historia aprovechando la floja memoria que algunos tienen y otra que todos los que recibimos este mensaje seamos idiotas. A estas alturas del serial todo el mundo con dos dedos de frente -y esos son los que importan; los demás ni cuentan, ni tienen remedio- sabe que el Far$alona nunca ha tenido una política de cantera. Jamás. Como no la ha tenido el Madrí. Como no la tiene ningún equipo con aspiraciones medianamente serias. El Far$alona, como le sucedió al Madrid de la "Quinta del Buitre" se encontró en una situación de ruina que le obligó a subir jugadores al primer equipo. Y salieron bien, otros salieron mal pero por alguna intercesión milagrosa de "La Moreneta", o gracias al agua de Lourdes mezclada con los polvos mágicos de la Madre Celestina, mejoraron notablemente. 

Olvidando  pequeños detalles como el de arriba, se mitifica la cantera. El fútbol pasa a ser un cuento de hadas en el que el Far$alona, cual hada madrina, consigue llevarse a niños del tercer mundo albaceteño para enseñarles a jugar al fútbol, curarles graciosamente sus problemas hormonales y convertirlos en estrellas del deporte al servicio del club de sus amores, configurando un paquete fácilmente vendible al público descerebrado, algo así como  Benji y Oliver a las órdenes de Teresa de Calcuta jugando en el equipo de la Casa de la Pradera. Si algo gusta al periodista deportivo español, cuya holgazanería es marca de fábrica, es aquello que pueda venderse sin mucho esfuerzo. Si además le proporciona otros objetivos, miel sobre hojuelas. Me refiero a ensalzar el fútbol superficial, carente de táctica y basado en la inspiración de los jugadores. El fútbol coñazo de discurso valdanista, para que nos entendamos. Aquí me tengo que enrollar más aún y retrotraerme a décadas pasadas. 

Desde niño se les ve cara de capullo. Así es bien fácil saber quién vale para el primer equipo.
 Allá cuando el Caudillo iba a Bilbao su yate Azor para ser recibido por una nube de gabarras vizcaínas, el periodismo deportivo era considerado el hermano frívolo del periodismo político o económico. Pero aún así, estaba realizado por gente que al menos sabía escribir. Lo de "pentacampeón" para referirse al Madrid de las cinco copas de Europa demuestra que esa gente manejaba no sólo el castellano, sino también el latín, hasta el punto de poder inventar palabras siguiendo normas seculares de formulación y conjugación ligüística. Eso se perdió durante cuando los de las gabarras las abandonaron para ir a llorar la muerte del Caudillo, más o menos. Entonces empezó a configurarse el periodismo zafio, bullero y de ataque, el del periodista como protagonista, el de la escuela de García, el de la tasca de bar y los complejos tradicionales de los españoles. Eso empeoró aún más la percepción que se tenía de ese periodismo. Con el tiempo, esa percepción desaparecería no porque los periodistas deportivos mejoraran su expresión y contenidos, sino porque  el periodismo "serio" acabó por coger los mismos vicios. Pero eso todavía quedaba lejos. Afortunadamente para los plumillas del balón, a principio de la década de los ochenta desembarca en España el técnico argentino Menotti, cuya verborrea de inspiración tardoborgiana dotó a lo de darle patadas a un balón de un fondo poético y filosófico encantó a los Tribuletes carpetovetónicos. Como digo, era todo verborrea vacía, hueca, pero quedaba muy bien. Valdano es actualmente el floripondio más visible de esta escuela, de ahí que haya acabado recalando en el universo para-lelos de PRISA. Gracias a esta escuela, el fútbol dejaba de ser un hosco enfrentamiento para transformarse en una metáfora de la vida, en una forma de entender la realidad y de concebir el mundo que nos rodea. Todo pamplinas, pero que ensalzaban al periodismo deportivo. La transformación de equipos de fútbol en un conjunto de coros y danza con música de Gardel tenía, no obstante, un problema: que no ganaban. Bueno, alguna que otra cosa sí, pero es que como ya no ganaran nada sería el acabose del empezose, que diría Mafalda, tan bien traída para este caso. La excepción, suele decirse, confirma la regla. 

Pero he aquí que con el Far$alona éste fútbol ramplón del tuya-mía-tuya-mía, sazonado con un discurso barato, mojigato, sólo capaz de asomar en sociedades con un sistema educativo desestructurado y un desconocimiento básico de la cultura humanística, sí ganaba. Y encima con un gurú, producto también de la canterta. Era demasiado perfecto. Obvio recordar a quien esto lee y, por tanto, persona de conocimiento y sabiduría, que para que esto sucediera hizo falta que el susodicho equipo controlase todos y cada uno de los estamentos deportivos nacionales y europeos. Todos. Esto se suele olvidar porque estropea el cuento de hadas y, además, es información, y por tanto no son los diarios deportivos lugar donde recogerla, pero es así. El presidente de la Federación Española se mantuvo en la poltrona gracias al presidente culero, que rompió la unidad de voto de la LFP, y su mano derecha es alguien que se jacta de su barcelonismo e incluso de ser el socio número uno de los ultras de ese club. Me refiero, obviamente, a Joan Gaspart, que encima es quien dirige las campañas electorales del déspota vasco. En Europa los tentáculos de la porquería fundada por un suizo racista, que no permitía jugar a españoles en ese equipo, y que tuvo a bien levantarse la tapa de los sesos, llegan hasta el último rincón, incluido el comité de delegación de árbitros. Con todo esto ya te puedes poner a jugar como la selección escocesa de 1878 que el éxito lo tienes asegurado. 

Vomitivo.
 "No dejes que la realidad te estropeé una buena noticia" dicen los periodistas. Así es en este caso, solo que peor, porque para que la mentira se mantenga es necesario que el receptor tenga la mentalidad de un niño de cuatro años. Lejos de cumplir el deber de cualquier medio de comunicación, esto es, educar al respetable, lo embrutece. La pantomima azulgrana decidió no cobrar por llevar publicidad en la camiseta y se puso el logo de Unicef. Encima, pagando. Oh, qué bonito. No recordarle al público que esta decisión se tomó porque ni los Chinos estuvieron dispuestos a pagar por publicitarse con el Far$a es una falta gravísima de ética. Pero ¿a quién le preocupan esas cosas? Por no hablar de lo que supone no informar a la gente de que jefe de proyectos de Unicef en Europa, Senes Erzik, es también vicepresidente primero del Comité Ejecutivo y vicepresidente del Comité de Árbitros, además de presidente del Comité de Responsabilidad Social y Juego Limpio y el de Licencias de Clubes. Ojo al cargo de vicepresidente del Comité de Árbitros. Éste tío, que trabaja para una organización que recibe dinero y publicidad del Far$a, mete mano en las designaciones arbitrales. Ovrebo, Stark... ¿se acuerdan? Esta es la realidad. Este es el secreto de la cantera culé. Una auténtica telaraña de corrupción cuyo último eslabón, por ahora, es saber que el hijo del sátrapa mayor, la foca gabacha de Platiní, un tal Laurent, es director para Europa de Qatar Sport Investiment. Les suena lo de Qatar, ¿no? La foundatión y eso. Por supuesto, a quienes sueltan una morterada anual para publicitarse en la zamarra culé les traerá al pairo si el Far$a gana o pierde, o si le muestran más tarjetas rojas o menos: seguro que para ellos la limpieza en la competición está por delante de todo. En un país normal esto sería carnaza de periodistas, pero aquí nada importa; el chou debe continuar. Es más cómodo que buscarse complicaciones investigando, denunciando y buscando la otra cara de la noticia, algo mucho más cansado que limitarse a añadir preposiciones o faltas de ortografía al discurso que se dicta desde el club  catalán.
 

No es de extrañar que el diario Marca, a falta del pan que suponían las filtraciones o las mentiras que ya nadie se va a creer visto cómo es Mourinho con estas cosas, siga exprimiendo el cuento de hadas. Por supuesto que ni Laurencio Platinón ni el tal Erzik, ni Stark u Ovrebo aparecerían en la "noticia" sobre los 14 culerines que juegan en el primer equipo del Far$alona. Es que tampoco me molesté e leerlo, pero fijo que no aparecía. Aparte de todo lo expuesto anteriormente, que se dé tanta importancia a eso en la web del Marca tiene otro motivo: arrearle al Real Madrid. Si la situación fuera a la inversa tengan por seguro que lo que estarían echándole en cara a la actual Junta merengue sería la ausencia de jugadores de talla internacional, el poner los millones en el banco y no en el césped... lo que sea. Pero vender gasto, y más como están las cosas, resulta bastante más complicado que la estafa de la cantera. Aparte, a estos la cantera madridista le importa un comino, como ha podido verse a raíz de la suplencia de Casillas que puso al canterano Adán bajo los palos ante el Málaga. El único interés real de estos mangutas en la cantera es meter jugadores nacionales en el equipo que, piensan ellos, están más predispuestos a recuperar el antiguo statu quo premourinho de colegueo con los periodistas. Eso a largo plazo; a corto, atizar a Mou. Lo cual no deja de ser llamativo de cómo funciona esta gente, porque habrá más posibilidades de que un canterano madure con un entrenador estable. Vamos, digo yo. 

En próximas entradas trataré la campaña "cantera vs. cartera" y demostraré las ventajas del modelo de "cartera", no sólo en el plano deportivo, sino también en el actitudinal y ético.

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