lunes, 9 de abril de 2012

Real Madrid, 0 - Villar y Rosell en cena íntima, 0

No voy a hablar del árbitro, y no porque haya hecho mella en mí el falso señorío de que no se debe hablar del de negro, sino porque me pongo de muy mala leche, de verdad. Lo de Clos Gómez hoy ha sido como para poner una denuncia en el juzgado de guardia, el "que más quieres que te dé, Sandro" elevado a la máxima potencia, mezclando el tradicional tongo arbitral de no pitar penaltis tan claros que al colegiado le debían doler los ojos con esa tendencia tan actual, tan de Pasarela Gaudí, de no matar al Madrid a cuchilladas pero sí sangrarle poco a poco, como quien no quiere la cosa, hasta que al final, famélico, vea escapar los puntos. Pero invito a cualquiera que lo haga. Estas cosas hay que contarlas aunque sólo sea para que a los hijos del susodicho le señalen los amiguitos del colegio en la esperanza de que, al menos por esto, al papá le dé por dar muestras de un mínimo de honradez en los próximos lances que le toque dirigir. 

Repito: si no hablo de este manguta con silbato no es porque crea esas zarandajas de que los colegiados unas veces dan, otras veces quitan, ni mucho menos esa otra de que el Madrid no debe/no puede quejarse de los colegiados. No lo hago porque me altero. Me pongo de muy mal yogurt y bastante he tenido con lo de esta noche. Porque esta ha sido una de esas noches en las que, gracias a Canal Pus, ha tocado bajar al bar a ver el partido. Cosa que había prometido no volver a hacer, lo que demuestra que no se debe faltar a las promesas, niños. Mi castigo ha sido acabar en el bar regentado por un abuelo culo -cuya afición desconocería hasta bien entrada la tercera edad, supongo, no me lo imagino animando al Far$a del Bobo Carrasco- y con culos viendo el partido. Es algo que jamás entenderé aunque Bernabéu nos lo dejó bien claro: la gente se divide en dos, los que son del Madrid y los antimadridistas. Nadie concibe a un merengue yéndose a las tantas de un domingo a un antro para ver cómo queda el far$a; que en cualquier antro donde vas a ver al Madrid haya una pareja de lolailos culeros haciendo el mono va con la consumición. ¿Y por qué tienen que hacerse notar tanto? ¿Por qué los culos hablan a voces y encima con ese tono gangoso? Parece que tienen un resfriado perpetuo producto de tantas horas arando las lindes., porque sueltan un aire a paleto que tira para atrás. Pero en cualquier lugar, ojo. Da igual que estés en Badajoz o en Albacete, los culos siempre hablan como si tuvieran una pinza en la nariz. Y a voces. Está el bar lleno de madridistas (lo normal) viendo y comentando el partido, y sin embargo sólo se oye a estos dos diciendo cosas como "gnémeri saca a Gñrobegto Soldado", "la Gristina sá tiráo" y similares. Supongo que esa gangosidad crónica es lo que les hace identificarse con el Far$alona, por lo del acento catalano-culé, digo. El caso es esto, sumado a lo de hoy, hace que salgas del puñetero bar como si hubieras perdido la Liga, la Champios y a tu santa madre.

Pero eso también tiene su lado bueno, porque llegas a casa y te das cuenta que tampoco es para tanto. El Madrid queda a cuatro puntos del Mierdaslona y la Federación faltando ¿cuanto? ¿ocho jornadas? Pues ya son puntos. Si al inicio de la temporada alguien nos hubiera puesto ante los morros estar no a cuatro, sino a dos puntos a estas alturas del campeonato, hubiéramos firmado con los ojos cerrados. Alguno dirá que no hace mucho teníamos diez. Pues entonces es que no acaba de enterarse de qué va esto de la Liga. Lo de la Liga consiste en obtener puntos a base de victorias -tres- y empates -uno- y al final el que más tenga gana. Siendo así el proceso es natural que haya momentos en que tengas mucha ventaja respecto a los rivales, y otros en los que tengas menos. Las cuentas se hacen al final. ¿Que no tenemos diez puntos? Toma, claro, es que lo anormal sería que hubiéramos aumentado esa ventaja de por sí astronómica. Lo de sacar muchos puntos te permite el lujo de perder alguno que otro, que es lo que estamos haciendo nosotros. Pero no pasa nada, más han perdido los culos. Ellos son los que deberían estar preocupados. Al final, con tener uno de ventaja, nos basta y sobra. 

¿Por qué, entonces, este histerismo de las huestes merengues tras el empate de hoy? No digo indignación por el arbitraje; digo histerismo por los cuatro puntos de ventaja. Que si se lo cuentas a cualquiera piensa que estamos tontos. Yo creo que no es porque vean peligrar la Liga, ni de lejos. A mí me da que es por eso tan español del "qué dirán". Desde que se sacaron diez puntos al equipo de la Federación española y europea cada frenazo del Madrid al título hacía que la chusma periodística nos pusiera de solfa y media y nos montara la de Dios. Cada punto perdido era como si hubiéramos perdido un hijo. Como digo, el miedo a la opinión ajena, algo tan español y tan mediterráneo, y tan próximo a la neurosis, es lo que hace que, a estas horas, el madridismo ande desquiciado por esos foros y redes sociales de Dios. Pero hombre, ¿por lo que digan estos matutes de Lama, Palomar, Carrasco y demás morralla nos vamos a preocupar? A estos, por principio, no habría que hacerles ni puñetero caso, conque más ahora que encima vienen a hurgar en la herida. Sobre todo cuando resulta que estamos cuatro puntos por encima del mejóquipodetoslostiempos según sus propios artículos y opiniones. Pues aún estando cuatro puntos por debajo era como para que nos hicieran una estatua, vamos, digo yo. 

Así que, a estas alturas de la película, estar a cuatro, incluso a tres puntos, está dabuten. Hombre, queda la cosa de que el far$alona no va a perder ni un punto en lo que resta de Liga, al menos por lo que llevamos visto. Siempre pasará "algo" para esto sea así. No es nuestro caso, pero como digo, no tengo ganas de hablar del colegiado. Con todo, hay otro motivo para estar tranquilos -no digo "para no perder la esperanza" porque es una idiotez, que parece que hoy hemos perdido una liga que lideramos con una amplia ventaja- y es el tema de la "presión". Que los jugadores están presionados, que se han visto con tanta ventaja que se han puesto nerviosos y cosas similares. Seguro que desde Barcelona nos vienen con estas sandeces, o desde Madrid, que ya cuesta distinguirlos. Claro que sí, seguro que están muy presionados. Seguro que si hubiéramos llegado al Calderón con diez puntos de ventaja habríamos saltado al campo a tocarnos los cojones, hablando en plata. Ni caso. Más centrado vas a estar y más vas a dejarte la piel cuando más cuentan los puntos que cuando tienes un colchón enorme que te proporciona tranquilidad y te invita a la holgazanería. Esto lo sabe hasta un tonto, por eso los de los panfletos probarcelonistas  y antimadridistas no lo saben. Y algunos merengones tampoco, me temo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario